V. Frankl El
hombre en busca de sentido.
La evolución
conjunta de los seres y los entornos han provocado el aumento de las
modalidades de procesar e intercambiar información y cada ser vivo
es un emisor/receptor de señales (emisor de señales para otro,
receptor de información del entorno y de otros seres vivos) y los
ecosistemas son universos informacionales y comunicacionales muy
complejos.
La naturaleza
propicia, cuando es adaptativo para la especie, el desarrollo de los
comportamientos comunicativos porque se produce un ahorro de energía
y de tiempo disponible para otras actividades vitales, por tanto
hablamos de la comunicación como algo inherente al ser humano y
necesario para el desarrollo completo de su vida.
El sentido que le
damos a nuestra vida determinará en gran medida todo nuestro entorno
y por consiguiente nuestras relaciones personales. Frankl en su libro
menciona la duplicidad de significado de la palabra latina fini
como “final y meta a alcanzar”. Esto se refiere al hecho de
que al no poder ver un fin de su existencia o un futuro claro la
persona tampoco encuentre una meta a alcanzar en ella.
Ese sentido que da
forma a la experiencia vital de cada uno está conectado con nuestras
experiencias y con la socialización que nos permite incorporar
elementos externos a nuestra vida, de modo que vamos interpretando y
creando nuestra realidad, la única para nosotros.
Nuestra identidad
social está determinada por el contexto en el que vivimos, lo que
finalmente determina el sentido, la meta o los objetivos de cada uno
en la vida.
El problema aparece
cuando la búsqueda de ese sentido es una obsesión y se convierte en
frustración existencial, a esta patología la logoterapia la ha
acuñado neurosis noógena, también es común el sentimiento de
vacío existencial, es decir, la pérdida del sentimiento de que la
vida es significativa.
El consejo que
encontramos en El hombre en busca de sentido nos anima a dejar
de preguntarnos sobre el significado de la vida y a pensar en
nosotros como en seres a quienes la vida les inquiere continua e
incesantemente. Recalca la importancia de asumir la responsabilidad
para encontrar las respuestas a los problemas que la vida asigna a
cada persona.
Atendiendo a las
relaciones humanas debo aludir a la gran interdependencia que existe
en el mundo contemporáneo, todo son entramados sociales o redes de
individuos que se conectan en mayor o menor medida. En palabras de
Charles Perrow estamos ante la sociedad de organizaciones.
Pese a ello nacemos
diferentes, únicos y cada uno siente y sufre a su manera. Tenemos
una misión concreta en la vida, en palabras de Frankl, por esa razón
somos irreemplazables y tan sólo podemos responder de nuestra propia
vida. No existe un sentido general de la vida, cada uno tiene el suyo
propio y la oportunidad para encararlo con valentía.
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