Nació
un día del año 1995, un año normal marcado por no ocurrir ningún
acontecimiento de obligada mención. Para ella seguramente sea un
gran suceso, pues se produjo su nacimiento, ese día importante que
cada año todos los cumpleañeros rememoramos y disfrutamos y que
sirve de excusa para trasnochar,
recibir regalos y sobrepasarse.
Podría
mentir y decir: toda una vida dedicada a los libros. Lo cierto es que
no le gustaba leer y sus experiencias literarias no fueron buenas,
sobre todo cuando solo lees los libros obligatorios del colegio e
instituto. Tenía 14 años cuando se adentró en un mundo del que no
puede escapar y tampoco existe en ella ninguna pretensión de
hacerlo, se puede decir que ahora mismo le da la vida. Realmente las
personas que se encuentran a su alrededor pueden afirmar que esto es
verídico al cien por cien.
Muchas
son las circunstancias que completan o definen la personalidad de las
personas pero en el caso de Ana, podemos decir que los libros dan
forma a ella misma y a toda su vida. Una canción que nos puede dar
una idea del sentimiento que quiero expresar: Eso no es amor, es una
obsesión.
Se
pueden eludir sus años de primaria,
pues nada interesante le ocurrió. Era la típica niña poco
habladora, tímida y que no destacaba en nada.
Nos
conocimos gracias a su incompetencia y vagancia, en realidad el
destino jugó un papel esencial porque nos dispuso en la misma clase
en 4 de ESO. Realmente nos unieron las clases de latín. Éramos ese
grupo de alumnos muy escueto que decidió cursar una lengua muerta en
vez de la aclamada asignatura de informática. Logramos escapar al
encanto de compartir ordenador con un amigo o un apetecible
desconocido.
La
asignatura estuvo marcada por una circunstancia relacionada
directamente conmigo: mi hermano resulta estar licenciado en latín y
griego,
y esto sumado a que el profesor nos daba las preguntas del examen,
dio pie a una conducta muy propia en la ESO: su herramienta eran las
chuletas. Este material era compartido y utilizado por cada uno de
nosotros, podría decir que la que hoy es mi mejor amiga
anteriormente fue un cliente y yo era su camello.
Lo
más gracioso es que los límites de inutilidad de mi amiga llegan a
límites insospechados,
pues yo disfrutaba de dieces y esta no llegaba al cinco. Inolvidable
me resulta la cara de Ana en un examen de recuperación,
cuando el profesor se aproximaba a su mesa y la muy lista tapaba la
chuleta con toda la palma de la mano abierta.
Esa
cara de pánico solo era igualada por la que se dibujaba en su rostro
en todas las clases de gimnasia. Nunca ha soportado el ejercicio
físico lo que choca conmigo,
pues me encanta el deporte y en un futuro me gustaría trabajar de
reportera deportiva. El ejemplo claro de vida insana lo representa
perfectamente : le encanta la pizza, tirarse en cama y no moverse
mucho.
No
conozco a nadie más despistada y con menos sentido de la orientación
que ella, quizá esto de sentido al hecho de que nunca aprobara
gimnasia. El destino al final no es tan cruel y Ana puede sentirse
orgullosa y decir que, en el momento necesario, los hados se
posicionaron a su favor y la profesora de educación física no tuvo
otra que aprobarla dado que tan solo se presentó ella a la
recuperación.
Para
aquellos que no conozcan fobias extrañas, sí que existe la fobia a
las mariposas, Ana es la prueba de ello. Muy extendida es la fobia a
hablar en público y son numerosísimos los ejemplos en la vida de
esta joven. Por desgracia yo no pude disfrutar de le mejor exposición
oral de mi amiga,
pero la narración de la desastrosa situación se convirtió en el
tema de la semana durante quince días.
Deseándole mucha mierda yo me dirigí a mi clase de griego sin
pensar en que momentos después,
Ana sufriría un episodio de miedo escénico memorable, casi
inolvidable.
Todo
comenzó bien cuando la profesora de economía llamó a su grupo y
debían comenzar a exponer su proyecto sobre el sector primario, todo
el mundo sabe algo acerca de eso, pensaba yo, entonces la suerte jugó
en favor de Ana pues le toco empezar a ella. Pronunció las palabras
"el sector primario" seguidas de tres o cuatro eh… luego
unos cuantos pues...
y pasado un minuto más o menos la profesora dio el turno a otro
compañero.
También
cabe decir que mi amiga es tacaña y de lo más rancio que te puedes
encontrar. Cuando salimos las amigas de copas,
su elección es agua y una vez logro superarse y pidió un cola cao.
En
cuanto a su vida amorosa no hay mucho que decir,
se puede resumir en una palabra: silencio. Su primera cita a los 16
años fue muy exitosa sobre todo porque demostró tener mucho aguante
al no dormirse, cuando la recuerda no sabe si directamente no se
dijeron nada o si hubo algún monosílabo.
Los
gustos de mi amiga son muy extraños, como todo en ella. La última
hazaña ha sido enamorarse de un chico bloggero de 15 años que, aún
por encima, resulta ser gay. Todo esto la lleva resignarse y seguir
esperando a que Peter Pan la lleve a Nunca Jamás, oferta que en
numerosas ocasiones nos ha confesado sería incapaz de rechazar.
Resulta
curioso que ésta ávida lectora, así es como se define, suspenda
constantemente lengua castellana, odie la gramática y deteste la
sintaxis. A pesar de ello como ha manifestado en cantidad de
ocasiones,
los libros le dan la vida, su pasión es escribir y su deseo
convertirse en escritora, de hecho ya ha escrito una trilogía y es
una bloggera muy activa.
Nuestro
gustos literarios son muy diferentes, yo leo clásicos y Ana lee
libros de literatura juvenil, sobre todo fantástica, aunque en más
de una ocasión he acabado leyendo recomendaciones suyas que me han
encantado.
Al
principio no entendía por qué la lectura podía levantar tales
pasiones en mi amiga,
pero con el tiempo lo fui comprendiendo. Una persona como Ana
aparentemente aburrida y tímida había conseguido vivir inmensidad
de aventuras, sentir los sentimientos más hondos, conocer los
lugares más recónditos.. Ella cree en la magia, esa que te permite
ver la realidad aparente de otra manera más pura, sublime y radiante
.La lectura la había hecho tal y como era con sus rarezas y manías,
pero lo más importante, la había hecho buena persona.
Muchos
libros te hacen reír, llorar, saltar de emoción... lo mejor es
cuando te hacen amar la vida.
Estas dos últimas entradas fueron relatos participantes en el concurso de relato de la Biblioteca Pública de Pontevedra