Terminé hace tres días Yo antes de
ti y ya puedo decir que me estoy recuperando. Hoy será el último
día que me despierto pensando y torturándome con esos pensamientos.
Nunca pensé que un libro, sobre todo
este tipo de libro, me iba a afectar tanto, tantísimo. A medida que
leía me adentraba más en la historia, no pude parar de leer y esa
sensación me maravilló, quise hacerla parte de mí misma. Cuando
todo a tu alrededor pierde sentido, el cual das al completo a esas
palabras que conforman el texto, la historia que te da la vida.
La historia de Will y Lou me hipnotiza
y he de reconocer que siempre existió en mi cabeza la esperanza. Por
ello leí hasta el final con la misma intensidad, pero tras ciertas
frases finales me derrumbé.
Recordar las palabras del protagonista
me provocaba una tristeza inmensa e incontrolable, retumbaban una y
otra vez en mi mente, necesitaba una explicación o quizá tan solo
tiempo para comprender y asimilar.
Después de oír demasiadas veces the
end of the world aprendí a
no intentar explicar el dolor o el sufrimiento de todos. Quizá lo
más doloroso tras terminar el libro es percibir la capacidad por parte de la autora para
convencer al lector de las dos posiciones, de él y de ella.
Comprendo a Will y la decisión que toma y asimilarlo ha
sido realmente complicado. Lo que me hace daño, mucho daño, es la
veracidad y la realidad de esas personas.
Me encanta leer
clásicos lo hacía desde que era pequeña y me doy cuenta de que
quizá de esa manera me alejaba del mundo real y doloroso. Podía
leer tragedias de Shakespeare, dramas del siglo XIX donde los
personajes sufren y padecen un sufrimiento atroz, mueren casi
siempre; pero el sentimiento enorme de empatía o el de dolor
compartido que despertó en mi el libro de Jojo no existe en los
otros tan alejados de mi vida, convertidos en ficciones que no
alcanzo a imaginar reales.
Coloquialmente
diríamos que esta obra toca la fibra, pero en mi caso la toca la
atraviesa y me deja una cicatriz imborrable. Mi visión de la vida ha
obtenido un cariz melancólico que detesto pero que me permite tener
los pies en la tierra
A pesar de todo
esto, la idea que más sobrevuela mi cabeza no es de tristeza. Pese a
los atributos destacables del protagonista, la pareja que
forman, la conexión entre ellos, su relación y el amor son la huella
más profunda que me han dejado. Y no soy capaz de explicar las ganas
que tengo de vivir y sentir el vínculo que aflora entre estas dos
personas.
Cada vez que piense
en algo hermoso, cada vez que oiga algo maravilloso, que vea o que
note que algo se vuelve increíblemente valioso, una parte de mí
recordará cómo aprendí a estimarlo, a convertir en eterno eso
irremplazable y de ninguna forma posible delimitado por el tiempo o
la muerte, por nada.
Yo después de este maravilloso y doloroso libro