domingo, 14 de diciembre de 2014

Artículo sobre la conferencia "Cuando los pobres son silenciados".

Comienza la conferencia con una frase dura pero real “Hoy han muerto 100000 personas por hambre”. La pobreza sacude a una gran parte de la población mundial y precisamente si existe el hambre es por no haber voluntad política para cambiar esta situación; hablamos del hambre al igual que podemos mencionar la esclavitud infantil, la trata de mujeres.. todo ello es negocio y por tanto se antepone a cualquier moral o ética.
Nos educan para llevar una vida preestablecida, para entender lo que ocurre en nuestras fronteras como algo ajeno y de poca consideración. Para no pensar demasiado, pues en caso de hacerlo, podremos darnos cuenta de cómo somos manipulados para participar de esa situación, convertirnos en cómplices de todos esos actos abominables.
Los intereses político y económicos dirigen el mundo y las guerras son producto de éstos. Las víctimas de estas acciones al igual que las cientos de organizaciones que trabajan y luchan cada día son silenciadas por los medios al servicio de los grandes poderes, también se desconocen muchas guerras o se nos da información parcial de los hechos para inducirnos a pensar de una u otra forma (desinformación).
Entre las guerras que se libran en la actualidad mencionar el caso de Ucrania, Irack, Sudán, Egipto, Afganistán, Paquistán, República Democrática del Congo, Myanmar..
Para la estrategia de apropiación del territorio, de sus recursos o fuentes de energía es importante la desintegración de esos pueblos, paradógicamente esta destrucción es la condición para la riqueza. Se expone el ejemplo de México donde las bandas armadas y la corrupción en convivencia con las fuerzas del estado descomponen la sociedad.
La Primavera Árabe, si bien partió como protestas populares, en varios países el asunto creció sistemáticamente y el alzamiento civil tomó un protagonismo global. En Túnez y en Egipto las rebeliones derrocaron a los respectivos gobiernos en pocas semanas, pero en países como Libia o Siria, el gobierno se negó a abandonar el poder. En Libia, los rebeldes insurgentes derrocaron a las fuerzas gubernamentales seis meses después del inicio de la revolución.
Desde el mes de agosto, las fuerzas rebeldes comenzaron a avanzar muy rápido y para finales de ese mes ya habían tomado la capital Trípoli, estableciéndose como grandes vencedores. Luego de eso, el ejército del gobierno comenzó a perder su poder, sobre todo por los continuos ataques de la OTAN y de países como Estados Unidos y Europa, que apoyaban totalmente a los rebeldes. Los bombardeos en contra del gobierno y de sus funcionarios colapsaron al estado e hicieron que Muamar el Gadafi perdiera el control del país y se vio en la necesidad de huir. Los rebeldes, en tanto, habían avanzado por todo el país y lo habían logrado dominar en totalidad. El 20 de octubre de 2011, Gadafi es encontrado oculto en una guarida, es tomado prisionero y es ejecutado.
Sin embargo, algunos de los problemas ocasionados tras la muerte de Gadafi y con el nuevo gobierno son la pérdida de autonomía económica del país, una mayor presencia del sector privado en la industria del petróleo, la existencia de milicias integristas yihadistas que disputan al gobierno el control de áreas del país, y la contratación de empresas de seguridad privada como Black Water para hacer el equivalente a las funciones de control del fronteras.
En 1969 Gadafi derrocó al rey Idris, un tirano impuesto por Inglaterra y Francia. Declaró querer ser "el Che Guevara del oriente medio". Ordenó al año siguiente la expulsión de las bases militares extranjeras de territorio libio. Estableció el llamado "socialismo islámico" por medio del cual se buscaba una democracia directa: el gobierno de las masas a través de consejos populares y comunas.
Nacionalizó las empresas petroleras y expulsó a los funcionarios norteamericanos, británicos e italianos que habían dominado y vejado al país durante décadas.
Gadafi fue inmediatamente catalogado como enemigo de los Estados Unidos. Libia fue señalado como un estado paria por defender su derecho a la autodeterminación y la autonomía, lo que para Mandela fue una muestra de valentía por parte del estado de Libia.
Libia posee la segunda reserva mundial de agua dulce. Además de rico en petróleo es un vergel potencial. De hecho produce muchos más alimentos de los que consume.
Expuesta la situación anterior y la actual de Libia debería cambiar la tesis que siempre se nos ha expuesto en los medios.
Los misioneros se convierten en testigos de lo que ocurre y son los periodistas los que recurren a ellos. Una religiosa que vivió la guerra de Libia prestó su testimonio que fue recogido por un periodista. Contaba la realidad de Libia, un país sumido en el caos orquestado por según ella Francia, que en 2010 pactó un plan de guerra bajo las órdenes de Sarkozy. El plan encontró el momento adecuado para realizarse tras las revoluciones en el mundo árabe de 2011, también la mujer alude a los medios de comunicación que se encargaron de difundir las mentiras. Los manifestantes durante la primavera árabe fueron ignorados y los rebeldes opositores del gobierno de Gadafi fueron los que conformaron más tarde el poder, precisamente apoyados y dirigidos por Francia. Atendiendo al testimonio concluimos que las grandes potencias organizan y crean las guerras que benefician sus interesas, “sorprendentemente”se relacionan directamente con el caos de los estados.
Un golpe de estado realizado por miembros del ejército desbancó al presidente Tunami Turé sustituyéndole Diocunda Traoré, el entonces presidente del Parlamento de Malí.
Las causas de esta acción podemos atribuirlas a la escasa atención que el gobierno de Malí prestó a la rebelión de los Tuaregs, pueblo bereber cuya marginación cultural y económica llevó a emprender una lucha política y armada desde 1960 en Níger y Malí, país que está sufriendo el proceso de islamización de la mano de grupos radicales con el objetivo de implantar la sharia.
Se menciona durante la conferencia a Aminata, exministra de cultura en Malí, la cual denuncia la dominación de Occidente sobre el África negra. Para mostrar esto en entrevistas se sirve del caso de su propio país gobernado por dirigentes corruptos a los que critica que sigan las instrucciones de Washington y Bruselas para que el pueblo africano no se gestione y organice. Podemos hablar del caso del mercado de algodón en Malí: Francia decidió que el país se iba a dedicar al algodón por lo que el dinero prestado se destinaría al mercado de este producto. El problema es que los precios los fijan en EEUU y Europa y esto repercute en la incapacidad de competir en el mercado para el estado africano a la vez que produce que se enfoque la productividad hacia una industria que no proporciona alimento, en este caso imperioso por la zona geográfica que tratamos.
Otro caso es el de Nigeria, un país con una riqueza enorme, que a pesar de las guerrillas, guerras civiles.. es uno de los países que más crecen en el mundo, como dato anecdótico podemos destacar su sector cinematográfico que solo se encuentra por detrás de Bollywoood.
Ante todos estos casos podríamos mantener una visión realista que nos llevaría a pensar en los intereses y en la constante lucha de todos contra todos, pero sería equivocado no reflexionar sobre cómo se ha llegado a esa situación desde una visión más global atendiendo a las estructuras globales de dominación. Como ejemplo recurro al caso de la guerra de Ucrania. La guerra civil del este de Ucrania es una serie de enfrentamientos armados sucedidos en las regiones del este de dicho país desde abril de 2014, como reacción contraria al Euromaidán (de índole europeísta), que se produjeron tras las protestas prorrusas en este país y la declaración de independencia de Donetsk y Lugansk.
Se venden los conflictos en el mundo como conflictos ideológicos pero como en el caso de Ucrania se esconden los intereses por las reservas de gas y petróleo en el mar Negro que se encuentran en el país ucraniano.

A pesar de no salir en los medios de comunicación existe cooperación entre aquellos que profesan distintas religiones, podemos citar el ejemplo de los musulmanes y cristianos en Egipto durante la Primavera Árabe. En la plaza Tahrir, sede central de las protestas contra el régimen de Hosni Mubarak, ambas religiones se manifiestaban al unísono y entonaban "Musulmanes y cristianos, no importa. Todos estamos juntos en el mismo barco". Otro ejemplo de cooperación y no violencia es el del Oasis de Paz, situado en Israel este poblado fundado en 1977 por Bruno Hussar, judío egipcio convertido en padre dominico, cuenta con cincuenta familias, una mitad judías y la otra árabe, tanto cristianas como musulmanes. Aprendieron a vivir indiferentemente de su origen o religión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario